Por que homenajear a Alberto Devoto
Recordar a Alberto Devoto no es recordar a un religioso. Ni un homenaje a los hombres de la iglesia católica. No es buscar la reivindicación de una organización religiosa comprometida con la fundamentación macartista de la dictadura más sangrienta y sistemática de nuestra historia.
Recordar a Alberto es recordar la gesta de un pueblo. La capacidad de organizarse y construir un movimiento de campesinos capaz de levantar banderas comunes y lograr reivindicaciones para los sectores más postergados de la economía, la cultura y la consideración de los correntinos.
Los tapes, los calchaí, los poriajhú se organizaban y levantaban la vos…
El manifiesto entregado a Lanusse es testimonio de lo que buscaban…”Los problemas que tenemos no son nuevos, los sufrieron y sufren nuestros abuelos y nuestros padres, pero no estamos dispuestos a que los sufran también nuestros hijos. Por eso estamos decididos a terminar con el analfabetismo, la desnutrición, la mortalidad infantil las enfermedades, la miseria y la injusticia”…
Reconocían la importancia de organizarse…”Si nosotros hubiéramos solamente seguido trabajando de sol a sol, sin unirnos ni organizarnos, seguramente Ud. no estaría hoy delante de los campesinos”…
Pero eso no hubiese sido posible sin la educación y la preparación de un pueblo para hacerlo. Sin maestras rurales que hagan educación popular, sin herramientas que les ayude a reconocer las situaciones de injusticia…
Todo eso solo se logra con la lucidez de un líder popular que tenga la integridad y la firmeza interior para conducir procesos de “Promoción Humana”. Y creemos que ese hombre fue nuestro Padre Alberto.
Pero liberar de las ataduras a un pueblo sometido por las oligarquías terratenientes no es fácil. A Ponce de León y a Angeleli los mataron de la misma forma… quienes saben del tema reconocen que “un mismo especialista” se ocupó de ambos.
A Devoto intentaron matarlo de otra forma. Mellando su credibilidad. Primero lo obligaron a dejar su rancho a la orilla del rio, acosándolo con operativos de difamación. Cuentan sus vecinos que una noche, una mujer acudió desesperada a altas horas de la noche y golpeando la puerta de su rancho le pedía ayuda a los gritos. A pesar de su gran sensibilidad, esa noche no abrió la puerta. Al otro día sus vecinos le contaron que la mujer tenía aspecto de prostituta y que habían militares y fotógrafos detrás de ella.
No pudiendo mellar su moral, lo acusaron de “Obispo Rojo”, pero las viejitas piadosas que a las seis de la mañana limpiaban los floreros de la Catedral sorprendieron a la esposa del Mayor del ejército, con algunos soldados y “amigas de la alta sociedad” pegando afiches del Cristo Guerrillero en las columnas del templo… Sin embargo hasta hoy se lo acusa de apoyar la lucha armada, por lo que se vuelve fundamental el testimonio de algunos jóvenes de esa época.
El hoy Padre Barboza nos dice:
…” En el año 1967 o 1968, funda el Movimiento Rural Cristiano, un grupo de maestros y maestras, entre ellos Antonio López y Norma Morello que luego sufrió mucho por su testimonio pastoral, quienes llevaron adelante un intento de educar y formar al campesino, de manera que la Iglesia aporte al surgimiento de la conciencia de los derechos humanos en el área rural y ese fue el Movimiento Rural Cristiano, que en el año 1971 y 1972 se consolida como estructura sindical que defendía los derechos de los campesinos tabacaleros y de los agricultores rurales en general y que se conoció como las Ligas Agrarias.
Monseñor Devoto acompaña a los campesinos, los arenga en los encuentros y los insta a no dejar de luchar por sus derechos, siempre en el marco del estado de derecho y de la paz. Nunca Monseñor Devoto estimulo la acción violenta de nadie ni hacia nadie, esto quiero dejar muy en claro. Tal es así que una vez le dije que yo quería luchar por la liberación del pueblo y me dijo que predicar el Evangelio era luchar por la liberación del pueblo…”
Se sigue intentando quitar merito pastoral a su acción asociándola a fundamentos marxistas. Por lo que el testimonio de Victor Hugo Arroyo sacerdote de la diócesis nos aclara:
…” En cambio Puebla, si bien es un documento que respeta todo lo de Medellín, ya es más eclesiástico y más complejo. La opción por los pobres se reafirma, la catequesis tiene que ser cristológica y antropocéntrica. Devoto fue un gran divulgador de Puebla. A esa altura ya Devoto está subido al caballo de la renovación de la iglesia plenamente. Con su experiencia del Concilio, con Medellín y la pobreza de su Diócesis, ahora sí podemos entender a Devoto y sus otros compromisos que va asumiendo, como las Ligas Agrarias, un movimiento digno de tenerse en cuenta en la historia no sólo de la Diócesis sino en la Provincia, la lucha del campesinado correntino. Devoto fue un entusiasta defensor, un apoyo y un mentor permanente de las Ligas Agrarias… Hubo encuentros con la participación de 5 o 6 mil campesinos y él estuvo en todos los encuentros masivos que tuvieron las Ligas, tanto en el lanzamiento público en Santa Lucía, siendo Julio Romero el gobernador, como cuando vino el presidente de facto, Lanusse... No olvidemos que Medellín le da el fundamento cristiano a esas opciones que él luego va a asumir”…
Por eso es necesario recordar a Alberto. Porque solo recordando las cosas de las que fuimos capaces y los motivos que nos movilizaron ayer, podremos reconstruir la redes de solidaridad de nuestro pueblo. Porque si no aclaramos cual era el proyecto de Alberto y de su pueblo, nos seguirán ganando la sicología del miedo y el no te metas que sembraron los dictadores.
Porque un pueblo altamente religioso no puede caer en manos de pastores conformistas y alienados que se esconden detrás de sus “uniformes” y de una espiritualidad animista, mágica, que nada tiene que ver con el verdadero cristianismo, el de aquel carpintero que no solo denunció, no solo expulsó a los mercaderes del templo, no solo dejó en evidencia el aparato de manipulación y dominación que significaban las estructuras religiosas de su pueblo, sino que sobre todo propuso un modelo de vida.
Lo crucificaron por proponer un modelo de vida que nosotros vimos caminar por nuestras calles encarnado en Alberto Pascual Devoto… el Obispo de los pobres…
Ese modelo de vida, Julián Zini lo explica magistralmente en dos estrofas…
Qué triste debe ser llegar a viejo
Con el alma y las manos sin gastar…
Qué triste soledad de cualquier modo
La que nace de la desigualdad…
Que lindo que es tender siempre la mano
Saber que es posible la amistad…
Qué lindo es procurar para mi hermano
Lo mismo que procuro yo alcanzar…
Juan Fernando Marcópulos
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